Jhonatan Liriano
Santo Domingo
Mientras el Ministerio de Agricultura mantiene el discurso del constante crecimiento del sector agropecuario, los productores de alimentos del país aún no consiguen superar el histórico problema de acceso al financiamiento.
Para que la población dominicana pueda disfrutar de la “seguridad alimentaria” que pregona el Poder Ejecutivo” los hombres y mujeres del campo tienen que buscar apoyo financiero en un Banco Agrícola que hace poco presentó una cartera crediticia de RD$7,949.6 millones, cuando la demanda de crédito supera los RD$30,000 millones.
La diferencia se coloca en los RD$22,050.4 millones, y limita las intenciones de asistencia que pueda tener el organismo creado para respaldar la producción nacional.
Muy pocos productores se atreven a pensar en la banca privada como fuente crediticia, pues las garantías solicitadas suelen ser muy altas.
En el sector informal, por otro lado, prima la usura o las tasas de interés que llegan hasta el 4% mensual, equivalente al 48% anual.
“El financiamiento es fundamental en el proceso de crecimiento de cualquier negocio. Pero no todos los productores tienen las condiciones para acceder a un financiamiento privado.
Por eso tú ves que a veces muchos productores se van al financiamiento informal”, señala el presidente de la Federación Nacional de Productores de Arroz (Fenarroz), José Mauricio María.
El representante de los arroceros resaltó que la limitación se agudiza si se toma en cuenta que miles de pequeños productores de la Reforma Agraria no pueden ser sujetos de crédito porque, a pesar de haber trabajado la misma tierra durante décadas, no han recibido los títulos correspondientes.
El Banco Agrícola mantiene una tasa para el arroz que oscila entre el 14% y el 18% anual.
En San Juan de la Maguana, el productor de habichuelas Víctor Matos asegura que el Banco Agrícola solamente puede cubrir el 30% de la demanda de crédito del llamado “Granero del Sur”, y que pocos ven a la banca privada como una opción.
“El intermediario va del 4% al 6% mensual, pero antes pedía hasta un 10% de interés. Así se trabaja para estar cansado”, entiende.
En la provincia el sector agropecuario, dice Matos, no podrá mostrar crecimiento estable mientras existan tantos problemas para financiar las cosechas.
Otros casos En las montañas de Jarabacoa, donde se desarrollan más de 60 proyectos de producción de vegetales bajo invernadero, la falta de fuentes de financiamiento sobresale como uno de los principales obstáculos del sector.
Jocelyn García, directora ejecutiva del Cluster de Invernaderos de Jarabacoa, afirma que en ese municipio no se puede hablar del Banco Agrícola, porque “no tiene dinero”. Y el Banco Nacional de la Vivienda (BNV) exige “demasiadas” garantías.
“Se está prestando, pero con unas condiciones que son bastantes difíciles para los productores”.
Aunque ha registrado un importante crecimiento en años crecientes, el negocio de los invernaderos tiene la particularidad de que sus productos deben responder, por lo regular, a los estándares de calidad de los mercados de Europa y Estados Unidos.
Esto hace que cada unidad de producción demande importantes recursos tecnológicos y de insumos.
LOS EMPRESARIOS DEL AGRO HABLAN
La Junta Agroempresarial Dominicana (JAD) afirma en un manifiesto público que el financiamiento para el campo se encuentra en un momento crítico, “reduciendo aún más el atractivo de invertir, y creando una trampa de ineficiencia y falta de competividad”. En los últimos 13 años, según los registros de la JAD, el financiamiento al sector agropecuario pasó del 10.3% del financiamiento total de los sectores productivos al 1.3%. Esta reducción ha “dificultado” la modernización de las zonas productoras e impide el aumento de la calidad de los alimentos dominicanos.
La Junta Agroempresarial Dominicana (JAD) afirma en un manifiesto público que el financiamiento para el campo se encuentra en un momento crítico, “reduciendo aún más el atractivo de invertir, y creando una trampa de ineficiencia y falta de competividad”. En los últimos 13 años, según los registros de la JAD, el financiamiento al sector agropecuario pasó del 10.3% del financiamiento total de los sectores productivos al 1.3%. Esta reducción ha “dificultado” la modernización de las zonas productoras e impide el aumento de la calidad de los alimentos dominicanos.
“Los productores del campo no tienen todavía la capacidad para financiar la infraestructura necesaria para conservar calidad y garantizar competitividad, incluyendo la cadena de frío, desde la cosecha hasta el almacén refrigerado, frigoríficos, empacadoras, procesadoras y sistema de transporte que puedan preservar el valor de la producción primaria”, denuncia el organismo en el documento. La Junta considera que el sector requiere fuentes de financiamiento con períodos largos de maduración y con tasas de interés atractivas.
Para esto haría falta la definición de iniciativas capaces de reducir la percepción de riesgo que genera la agropecuaria en los organismos formales de financiamiento.
Sus propuestas están incluidas en el proyecto de Estrategia Nacional para la Transformación Competitiva.
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