lunes, 20 de diciembre de 2010

Explota oleoducto y mueren unos 27

AL PARECER ESTABAN ROBANDO EL COMBUSTIBLE
Agencia
Nueva York
Al menos 27 personas murieron y 52 resultaron heridas ayer domingo al estallar un oleoducto que convirtió las calles de San Martín Texmelucan (centro de México) en un río de fuego que arrasó todo a su paso, según las autoridades.
La explosión, atribuida a la perforación del ducto para robar combustible, destruyó 32 casas, causó daños a 83 y cientos de personas tuvieron que ser evacuadas de la zona, convertida en un escenario apocalíptico.
Decenas de casas y automóviles quedaron totalmente calcinados y las calles aparecían cubiertas por una espesa capa de combustible quemado aún humeante.
El número de víctimas “es preliminar, podría aumentar a medida que continúan los trabajos de búsqueda y rescate entre los escombros”, dijo de su lado Francisco Blake, secretario de Gobernación, quien viajó al lugar de los hechos, ubicado unos 100 km al este de Ciudad de México La explosión se registró alrededor de las 05h50 (11h50 GMT) en una comunidad del estado de Puebla donde en el último año se han registrado “problemas importantes de robo de combustible”, reconoció de su lado en la rueda de prensa Juan José Suárez, director de la estatal Pemex (Petróleos Mexicanos), a quien pertenecía el oleoducto.
El funcionario explicó que el ducto perforado es de 32 pulgadas de diámetro y transporta petróleo sin refinar, el cual “fluyó hacia el río Atoyac (cercano a la comunidad) y encontró un punto de difusión alrededor de las casas cercanas”.
El secretario de Gobernación del estado de Puebla, Valentín Meneses, acusó a una “banda de delincuentes” de perforar clandestinamente los ductos de Pemex para robar petróleo.
En el momento de extraer el crudo, “se les salió de control.
Las calles se empezaron a inundar, vino un chispazo, eran ríos de fuego los que veíamos en las calles”, explicó Meneses. “He instruido a la Procuraduría General (fiscalía) que realice una investigación exhaustiva para determinar las causas de la explosión y castigar a los responsables”, añadió de su lado Blake, quien se reunió en el lugar del siniestro con distintas autoridades locales y federales.
Al mediodía, el incendio ya había sido controlado, si bien una espesa nube de humo negro se había extendido por decenas de kilómetros, y las calles de Texmelucan, localidad de 135,000 habitantes, seguían horas después inundadas de un penetrante olor a petróleo quemado.
Según las autoridades, en los últimos años se ha multiplicado el robo de combustible de los ductos de Pemex en distintos puntos del país, llegándose a detectar en promedio uno cada tres días.
Las pérdidas por la “ordeña clandestina”, como se conoce en México a esta actividad delictiva, se estiman en al menos 10,000 millones de pesos (unos 800 millones de dólares) anuales.
EL EJÉRCITO ACTIVA UN OPERATIVO DE AYUDA
El Ejército, por su parte, activó el Plan DN-III, como procede en casos de desastres, y se encuentra desplegado en el lugar del siniestro. El coordinador del operativo por parte del estado de Puebla, Germán García, instó a la población a no acercarse al lugar y dejar libres las carreteras cercanas para facilitar la actuación de las fuerzas de seguridad, bomberos y médicos. El robo de combustible de la red de suministro energético de Pémex, que al parecer propició la explosión, es una práctica común, tanto por parte de particulares como del crimen organizado. San Martín Texmelucan está situado en los límites del estado de Puebla con el de Tlaxcala, ambos próximos al Distrito Federal. El lugar se ubica a 95 kilómetros al este de la capital mexicana

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